A día de hoy Venezuela se encuentra en una encrucijada. Un momento de definiciones que abarca todos los espacios de la vida pública y privada, que toca la fibra más íntima de la sociedad. Es hora de elegir entre dos caminos, la continuidad o el cambio. Y somos muchos los que creemos en un verdadero cambio en lo social, económico, cultural y humano.
Es por ello que es imperativo definir el nuevo rumbo que hemos de tomar. Este nuevo camino no puede estar plagado con los vicios del ayer. Se deben soltar las amarras de ese pasado que nos aprisiona, tomando lo bueno que quedó pero siempre desechando ese bagaje de corrupción, nepotismo y tráfico de influencias. Por esto resulta necesario hacerle una llamada de atención a la gente de Primero Justicia. El hecho de que la señora Carmen de Marcano haya sido designada candidata a la alcaldía de Lechería por este partido por decisión directa de su hijo Gustavo, actual alcalde y candidato a Gobernador, constituye un claro caso de nepotismo donde han sido discriminados muchos políticos de mayor trayectoria y con más méritos que el parentesco por consanguinidad con el líder local.
Y es que dejando de lado el "nepotismo interno", ya es también notorio el llamado pacto papi-mami en el Estado Anzoátegui. Ese oscuro convenio entre los partidos Primero Justicia y Podemos, donde la tolda vinotinto accedió a apoyar a los Marcano en sus aspiraciones a la Gobernación y la alcaldía de Urbaneja mientras que los aurinegros respaldan a su vez al clan Paraqueima, el hijo Ernesto en El Tigre y el padre Jesús en Guanipa, es un gran ejemplo de cómo se anteponen los intereses particulares al bienestar común.
Lo más preocupante es que estas movidas de cuestionable moralidad ya parecen ser más la regla que la excepción. Un hecho bastante conocido en el municipio Urbaneja ocurrió durante las elecciones regionales del 2004. Ese día, en horas de la tarde desde sus call centers hicieron un importante número de llamadas a ciudadanos, diciendo que según las exit polls la elección estaba bastante cerrada entre Marcano y el candidato oficialista, y que todos los opositores se debían volcar a favor de los aurinegros para evitar un triunfo chavista. En realidad, el triunfo opositor no estaba en riesgo.
Más conocido es el caso de las elecciones presidenciales del 2006. En esta ocasión fueron enviados mensajes de texto masivos a más de 5 millones de personas, aduciendo que las únicas filas donde no había fraude eran entre la 17 a la 20. Repasando el tarjetón electoral, vemos que en esas filas el único partido con cierto peso político era PJ. Esto produjo un aumento en las votaciones de dicho partido por ser el más reconocible del grupo. Incluso partidos pequeños que se encontraban en este lote arrancaron cantidades importantes de votos por esta circunstancia. Para que tengan una idea, el MIN, que estaba entre dichas filas, rozó los 100.000 votos, mientras que un partido histórico como COPEI obtuvo poco más que el doble que estos. De hecho desde el partido verde se denunció esta jugada, que tenía como finalidad engordar las cifras de PJ para ganar peso político, en detrimento de la unidad. Nadie sabe cuantas personas dejaron de votar desalentados por estos mensajes. De seguir por este camino, atentando contra la unidad, este partido está condenado al más rotundo de los fracasos. Sinceramente espero que corrijan el rumbo ya que cuentan con personas muy valiosas en sus filas.